venres, 19 de outubro de 2007

** O Puzzle do Polizón (nova sección)

En estos momentos me siento polizón, polizón porque me he colado en esta página y aquí pienso seguir hasta que me descubran y me echen. Apenas llevo equipaje, mis posesiones más valiosas son un cuaderno de tapas azules, una vieja estilográfica y una caja de madera donde guardo las piezas de un puzzle. Siempre me han fascinado los puzzles, las partes que componen la figura. Unas, llenas del color de la primavera, otras, sombrías como una tarde de invierno. Me gustan los puzzles que tienen muchas piezas, cuantas más mejor. Al principio, lo reconozco, asustan un poco. Al final, después de muchos meses, todo encaja perfectamente y la figura se completa. La realidad fragmentada vuelve a ser realidad, el caos se convierte en orden. Cada uno de estos relatos es una pieza del puzzle, son tan distintas, con tan variados colores, que parece imposible que puedan ser parte de un todo. No lo niego, es un puzzle complicado.



I

La máquina del tiempo



A los 20 años lo tenía todo claro, sería cosa de la arrogancia de la juventud. Ahora no, la experiencia no aporta clarividencia, por lo menos, no en mi caso. Con el pasar de los años, he perdido todo el radicalismo, todo me parece más confuso, ya no es blanco o negro, lo más probable es que sea gris. Yo me muevo en el terreno de los grises, del humo, de la niebla. Todo puede ser, ya casi nada es seguro. El futuro es totalmente incierto, y el pasado… también. Hay tantas cosas que desconozco, tantas que supongo, tantas que no me han contado.


...Ampliar/recoller resto do relato[ +/- ]
    Yo también me he ido desvaneciendo casi sin darme cuenta. Hoy me he mirado al espejo y en él he visto reflejada mi sombra. El tiempo se empeña en dejar huellas en mi rostro, huellas que el maquillaje trata de ocultar. Atrás queda la niña inocente y soñadora de las últimas semanas. Cuántos años han pasado, no lo recuerdo, creo que diecisiete. No puede ser, son demasiados. Ahora que lo pienso, sí, sin duda, han pasado diecisiete años. Ni siquiera sé como lo he dudado un momento. Hace diecisiete años no sabía que la vida me brindaría aquella oportunidad, aquella oportunidad que deje pasar. Todos cometemos errores. Lo he vuelto a encontrar. De lejos, me pareció alguien tremendamente familiar pero no lo reconocí, me resisto a ponerme las gafas. Sigue siendo un tipo carismático, muy carismático. Estos días he pensado mucho en aquella época. Sólo me arrepiento de una cosa, de haber dejado que me robaran los sueños, de no haber tenido coraje, qué estúpida fui. Cuantas puertas he ido cerrando yo misma. A veces, pienso que no me han dejado soñar, que me han hecho vivir una vida que no es la mía. Intentando ayudarme, me han destruido. Me siento un ser inútil y frágil, otro cachivache más de la estantería del salón, no sirvo para nada útil y si me caigo estallo en mil pedazos lo mismo que una figurita de cristal. He necesitado mucho tiempo para darme cuenta, todos estos años he vivido por inercia, sin pensar a dónde iba. Siento que he vivido demasiado para los demás y muy poco para mi misma. Ayer lo pasé muy mal, varias veces durante el día, las lágrimas llenaron mis ojos. Como casi nunca estoy sola, ni siquiera pude llorar en paz, vaciarme, expulsar este dolor de mi cuerpo. Hoy por la mañana me ha asaltado la ira, la rabia, la impotencia. Después de comer, he vuelto a mi estado habitual, la resignación. He mirado las viejas fotos ya sin pena ni gloria. Encontrármelo ha sido un bonito regalo de la vida. No lo esperaba, creí que solo era un recuerdo perdido para siempre. No es tan solo un recuerdo, sigue siendo realidad. Esta noche he salido y he conocido a un fotógrafo inglés, una vez más he tratado de huir hacia delante. Me lo he pasado bien, el fotógrafo era interesante, pero ni siquiera recuerdo su nombre y hace apenas una hora que nos hemos separado. Esta noche quisiera meterme en una máquina del tiempo y volver atrás aunque sólo fuera por unas horas. Cuánto daría por poder hacerlo, por volver a sufrir al verlo al lado de aquella morena estúpida. Si lo pienso, todavía sigo teniendo ganas de retorcerle aquel pescuezo de jirafa. Recuerdo cómo se divertía haciéndome rabiar y también cómo se fue de mi vida. - ¿Vas a escuchar mi programa? - No, no creo, siempre me acuesto temprano. - Ya. Me paso el día disimulando, un día de estos van a tener que darme un premio a la mejor actriz revelación, categoría tragar y tragar, tragar saliva, no perder jamás la compostura y sonreír, convencerme de que mañana va a ser un buen día y tratar de hacer una buena jugada en una mesa en la que mis adversarios juegan con las cartas marcadas. POLIZÓN Creative Commons License Esta obra está baixo unha licencia de Creative Commons



O Puzzle de: Polizón
Debutante en A Lareira Máxica

3 comentarios feitos. Deixa o teu!!!!! :

Julio Torres dixo...

A vida, por desgracia, non ten volta de páxina en canto ó tempo. Unha vez feito xa non ten volta atrás por sorte ou por desgracia. Pero seguro que moitos de nós pensamos nalgún momento das nosas vidas o mesmo que ti "Polizón".
Benvido a este o teu portal.

Anónimo dixo...

Qué tal Julio, me alegra que vayas dando señales de vida. A propósito, no sé si sabes que regresa, sí, la misma, la que te hizo derramar aquellos tremendos lagrimones hace unos meses. Me he quedado de piedra: vuelve y está embarazada. No quiero pensar mal, no quiero hacerlo, aunque atando cuatro cabos, no sé, no sé,... ¡vuelve la Supernany!

Anónimo dixo...

Ja ja ja. Moi bo polizón. A ver se a ausencia esta de Juliño se debe a que se está preparando para ser papi. Jajajaj.